Aunque prefiero el café si la hermosa Debora Juliana me invita una tasa de té seguramente ni lo pensare, mucho más rápido accedo a lo que ella quiera si lo pide semidesnuda en el sofá. Y no es debilidad, ¡o si lo es! Pero es una que todos queremos tener, porque disfrutar de un momento en compañía de la brasilera Debora Juliana debe ser algo parecido a la gloria, o tal vez de eso hablan cuando se refieren a una experiencia religiosa.
