Otra oportunidad para mirar en la habitación donde el dolor y el placer son la misma cosa, ese sitio con muchos huecos y siempre abierto mirones, de alguna forma es uno de los pocos donde lo mirones son más que bienvenidos. Aunque es cierto que no todos estamos hechos para prácticas tan extremas como esta u otras que he mostrado, ninguno de nosotros desprecia la oportunidad de ver, y tal vez alguno lo definan como una especie de morbo colectivo o tal vez se trate de personas que en su incapacidad de llevar más allá sus sensaciones sexuales, se conforman con mirar lo que otros hacen. Aunque yo pienso que sencillamente no es más que distracción, es como ver una película de acción y saber que no harás todo lo que allí hace el protagonista pero igual te entretiene ver como otro lo hace.
Asiática tatuada masoquista
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